Gobierno y autonomías ultiman un recorte en el gasto de la sanidad
El
plan de ahorro para frenar el déficit del sistema público congela las partidas
de personal, reduce la factura farmacéutica y fija una central de compras (El País
18.03.10)
--¡Ay,
doctor! que me parece que lo que me sale por la boca son los higadillos.
La enfermera se acerca al oído del
médico y le dice bajito:
--Varón
de 65 años, recién pensionista, tiene usted 10 puntos si..., ya sabe.
--Está
bien, abra la boca.
El enfermo abre la boca y,
efectivamente, comprueba que la punta del hígado aparece entre la campanilla.
Con los guantes puestos lo estira un poco y reconoce un lóbulo hepático.
--¡Estoy muy malo doctor!, dice mi mujer que me huele el aliento como cuando
hace hígado encebollado.
--¿Qué
comió usted, anoche? --pregunta el médico con cejijunta preocupación.
--Fresas
y un melocotón --el paciente tose y escupe un trozo de carne ensangrentada.
--¡Que
me muero!-- se asusta el paciente al ver la sangre.
--Nada,
hombre, eso son las fresas que todavía las tiene usted para arriba y para
abajo.
--Tome
unos baños de asiento y tres pastillas de Voltaren cada media hora.
--Así,
¿no estoy grave?, ¿no me envía a
Vuelve a toser el paciente y escupe algo
redondo ligeramente amarillo verduzco. El doctor identifica a la vesícula
biliar. De un manotazo reflejo la lanza hacia la papelera.
--Que
va, hombre, no tiene usted nada que no lo cure el tiempo.
--¡Siguiente!
--vocifera la enfermera.
Entra una mujer. Comprueba la
enfermera su historial. Se acerca al oído del médico y le dice bajito.
--Mujer,
pensión de viudedad, a punto de cumplir 65, tiene 20 puntos si..., ya sabe.
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