Ablación del clítoris

Según las estadísticas, la práctica de la ablación afecta en la actualidad alrededor de unas 135 millones de mujeres y niñas en el mundo. Se cree que cada vez se practica a niñas con una edad mucho menor, para evitar que puedan juzgar la práctica por sí mismas al ser mayores (Wiquipedia).

Ablación del clítoris

(Ablación: del latín ablatio y éste de auferre: llevarse algo)

Hoy, la ha peinado su madre de forma especial, como de fiesta, con el cabello distribuido en cuadraditos, de cada uno de ellos sale una diminuta trenza de aspecto cableado: orden que impide que el pelo se enmarañe. A Jamila le han puesto su mejor vestido, uno que le ciñe su cuerpecito de cinco años. El silencio acompaña el día, siente que los adultos hablan con los ojos en un idioma que no comprende. El sol africano recorta el esqueleto de un árbol mutilado que sirve de percha a una comunidad de buitres, sabedores que la hora del rito se acerca.

 La madre la lleva de la mano, por extraña intuición, Jamila la aprieta fuertemente al ver a las curanderas. Se abren sus ojos,  le navegan los iris con desesperado rumbo, buscando salir de las cuencas. Una cuchilla alzada quiere brillar bajo el óxido que la recubre. La niña  es obligada a estirarse en el suelo, se revela a la violencia como sabe :con pataletas. Una mujer la monta, le tapa con su cuerpo la parte baja de la cintura, mientras otra le separa las piernas.Un desvalimiento, como si alguien hurgara en sus vísceras, le hace temblar. De pronto, donde confluyen todos los nervios del cuerpo surge un estallido, un abismo, una sin razón que le arranca un grito semejante al desgarro que acaba de padecer, se le escapa un hilo de orina, y fluye el dolor infinito por el torso, por el cuello, para salir en forma de lágrimas. La curandera sonríe salpicada de sangre fresca. Se han llevado algo suyo, irrecuperable, algo que daba miedo a alguien y hay que tener a buen recaudo.

Con ello no hará demandas de amor, ni exigirá complacencia, podrá formar parte del harén como una escupidera en la que se descargan fluidos y facilitará la labor mediocre de un hombre, sin juzgarla. Será aceptada por la tribu porque lo que llevaba entre las piernas era monstruosamente impuro; aunque ella haya nacido diosa de la creación y ahora nada le ayude a soportar el trabajo de estar vivo.