Concluye el segundo trasplante de cara de
España tras 30 horas
Un equipo de treinta especialistas del hospital Virgen del Rocío de Sevilla finaliza la intervención ( El País)
No
tener cara es como no existir. De un primer vistazo los seres humanos nos identificamos
unos a otros por el rostro, luego, mirando con atención somos capaces de
descubrir otros elementos de segundo rango que nos distinguen como la nariz, la boca, los ojos, la voz y
el olor. Debe de ser el instinto primario de supervivencia el que provoca la
repulsión a lo diferente, a la malformación, a lo monstruoso. Es como si la
matemática pura, con su frialdad, estuviera instalada en nuestros genes y nos
guiara ante la enfermedad ajena, en la huída, e identificara a la fealdad como
aberración y muerte, y a la belleza como salud e inmortalidad.
Tener
consciencia de existir y no poder materializarse es como ser un fantasma. Un
sufrimiento inimaginable debe ubicarse en el alma de la persona sin un rostro
tolerable que es víctima del rechazo y otras manifestaciones de repulsa de sus
congéneres. La aceptación de los demás es importante para la felicidad
individual, aún más su máximo representante: el amor; la pareja que hace de uno
su pequeña deidad, esa excusa oculta con la que nos engaña la naturaleza para
procrear, para hacernos sentir inmortales a través de los descendientes. Si
ello no es posible te convierte en el mejor de los casos en invisible y en el peor en un
mojón del camino. Pero, como en todo sufrimiento, si se sale indemne puede convertir al monstruo en un héroe y su lucha para ser "igual" al resto, en el
mejor salvoconducto de la tolerancia.
No
tener cara es no tener un grupo a donde ir, es la soledad, morir, no sentirte
parte de nada. Estos casos llevan a cuestionar las exageradas intervenciones
estéticas que se realizan para enmendar defectos no vitales, sin importancia,
en busca de una perfección vacía impuesta por la arbitrariedad de la moda de
la que es víctima gente sin criterio. Quizás, antes de realizarse una de estas operaciones
caprichosas, deberían esas personas tener una conversación con alguno de los
héroes sin cara o con mal formaciones, cuyo máximo deseo es llegar a sentir en su nuevo
rostro operado las caricias que le corresponden como ser humano.